Los jóvenes vienen a nosotros atraídos por el amor a la vida común, pobreza, oración y predicación. Ellos nos retan a creer en la vida religiosa con todo nuestro ser ya abrir nuestra alma y corazón. Por eso, una de las tareas consiste en comunicarles lo mejor de nuestra tradición, es decir, transmitirles la fidelidad en el seguimiento de Jesús según el carisma de Santo Domingo, para que identificándose con él puedan asumir con nosotros libre y responsablemente la misión profética de la Orden actualizada en el compromiso por la justicia y la paz, catequesis en un mundo descristianizado, la evangelización en la diversidad de culturas y la comunicación humana a través de los medios de comunicación social. (Oakland, n. 68).
viernes, 5 de marzo de 2010
Los jóvenes en la Familia Dominicana
http://www.opcolombia.org/consejos/consejodeformacion/mexico.html
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